História que não se conta

Domingo não é dia de histórias, fotos ou vídeos em Bogotá. É dia de lixos revirados por gente, de velhos que andam com a palma da mão emporcalhada à espera de um resto qualquer, de homens de meia idade lavando o cabelo na fonte cheia de lodo; é dia de índios – pai, mãe e filhos – encalacrados nas calçadas, quiçá remoendo reminiscências de chãos melhores, da terra sem cimento e com frutos das aldeias nas montanhas. Domingo é dia de lembrar que no sábado, diante de casa, um jovem esfaqueou outro por dinheiro; é dia propício para o peso na consciência por comprar um pacote de churros a mil pesos (um real). Não tenho soluções. Faz sol neste domingo em Bogotá, mas a luz não apraz, incomoda.

Historia que no se cuenta

Domingo no es día de historias, fotos o vídeos en Bogotá. Es día de basura revuelta por personas, de viejos que andan con la palma de la mano mugrienta extendida a la espera de un resto cualquiera, de hombres de media edad lavándose el cabello en la fuente llena de lodo; es día de indios -padre, madre e hijos- incrustados en las calzadas, quizá rumiando reminiscencias de suelos mejores, de la tierra sin cemento y con frutos de las aldeas en las montañas. Domingo es día de recordar que el sábado, delante de casa, un joven acuchillo a otro por dinero; es día propicio para el peso en la conciencia por comprar un paquete de churros a mil pesos (un real). No tengo soluciones. Hay sol este domingo en Bogotá, pero la luz no agrada, incomoda.