Uniforme tripla face

por Sabrina Duran

O que pode despertar, num civil qualquer, um uniforme verde oliva? Depende, dizem os auxiliares de polícia González e Hernández, meninos de 19 anos que portam cacetetes. Nos idosos, o uniforme age ao modo de um ímã que os arrasta para o corpo do oficial - especificamente para a região do antebraço. Os velhinhos agarram-nos com força, apalpam-nos como a um neto dileto e emendam a pergunta de sempre (quase nenhuma variação): meu filho, como chego a tal lugar? Nos jovens (jovens como González e Hernández, seus iguais), o pano verde salpicado de brasões, broches e distintivos desperta hostilidade e ímpetos de revanche. Olham-nos como se os chamassem pra arenga - fazem isso porque sabem que não podemos revidar por bobagens, explica Hernández. Já nos bandidos, o uniforme verde oliva não aparece tal qual, mas vermelho e branco divididos em listras circulares que se fecham concentricamente até chegarem num único ponto vermelho. Dessa percepção, os meninos com cacetetes não gostam. Estão sempre na mira. Por essa e outras arestas, González sairá da polícia assim que terminar o serviço obrigatório. Já Hernández, a gosto que está no ofício, quer perpetuar o uniforme no corpo e vislumbra um armário todo verde oliva em sua carreira.

 

Uniforme triple faz

¿Qué puede despertar, en un civil cualquiera, un uniforme verde oliva? Depende, dicen los auxiliares de policía González y Hernández, jóvenes de 19 años que portan manetas En los ancianos, el uniforme actúa a modo de imán que los arrastra hacia el cuerpo del oficial  - específicamente para la región del antebrazo. Los viejitos los agarran con fuerza, los palpan cómo a un nieto dilecto y hacen la pregunta de siempre (casi sin ninguna variación): mi hijo, ¿cómo llego a "tal" lugar? En los jóvenes (jóvenes como González y Hernández, sus iguales), el paño verde salpicado de insignias, broches y distintivos despierta hostilidad e ímpetus de revancha. Los miran cómo si los llamasen para la arenga - hacen eso porque saben que no podemos reaccionar por tonterías, explica Hernández. Ya en los bandidos, el uniforme verde oliva no aparece tal cual, sino rojo y blanco divididos en líneas circulares que se cierran concéntricamente hasta llegar en un único punto rojo. De esa percepción, los jóvenes con manetas no gustan. Están siempre en la mira. Por esa y otras aristas, González saldrá de la policía apenas termine el servicio obligatorio. Ya Hernández, que a gusto esta en el oficio, quiere perpetuar el uniforme en el cuerpo y vislumbra un armario todo verde oliva en su carrera.

Tradução: Carlos Paz

 

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